CineForo La Ladrona de Libros (1)
Margareta Hargitay Wieser (2)
La película La Ladrona de libros (2013), es dirigida por el británico Brian Percival, con guion de Michael Petroni, basado en la exitosa novela juvenil homónima de Markus Zusak (escritor australiano) ganador de varios premios de literatura. Hago mención especial de John Williams, maestro de maestros y referente indiscutible de la historia del Séptimo Arte. A sus ochenta años este compositor de bandas sonoras, además de ostentar el récord de ochenta y cinco galardones de un total de ciento cuarenta y ocho nominaciones – entre ellos cinco Oscar de cuarenta y ocho candidaturas o cuatro Globos de Oro de veinticinco posibles-, atesora memorables aportaciones en forma de maravillosas melodías siempre ligadas a imágenes de la gran pantalla, que en esta película acompaña magistralmente a las actuaciones de los protagonistas. La música y el uso del silencio como magnificador de la palabra, como representante del tono emocional de la escena en esta película son impecables.
Una sombra lenta, sutil, definitiva y terrible se cierne sobre Alemania. Transcurre el año 1938 y el nazismo ya está en el poder con sus aires de prepotencia y sus locuras de exterminio. Observamos claramente la intolerancia a lo diferente, siendo los hombres de color, los judíos, los que piensan distinto como los comunistas o los no militantes en el partido vistos como enemigos de la nación. Para la gente del pueblo, para el ciudadano común, la vida comunitaria, el trabajo diario para ganar el pan, y la atención esmerada a los miembros de su familia, es todo lo que les interesa. Hablarles de guerra, de lucha contra otras naciones y de ideales nazis basados en la supremacía de la raza aria, es algo a lo que se someten, por miedo la mayoría y muy pocos por convicción. Fromm exploró el anhelo de «escapar de la libertad», de renunciar a la autonomía y de identificarse con una figura q se cree fuerte. Hay una tendencia a identificarse con el agresor en una sociedad , en la cual las personas se sienten desconectadas entre sí. Situacion altamente frecuente en nuestras sociedades atomizadas.
Las bondades del film son, sin embargo, muchas. Como ya sucediera con “El niño con el pijama de rayas” (2008), se relativizan las crueldades de la guerra desde la mirada de los niños y no sólo de los adultos.
En esta película la muerte es fría, calculadora, descarada, sincera… y además es la narradora, aparece como un personaje más, un tercero observador,que se convierte para todos en un destino ineludible….todos tendremos nuestra cita con ella.
La protagonista se aferra al libro que se le cae al sepulturero como casi la única prueba de que su hermano existió y de que sigue a su lado. Necesita tener algo concreto que la relacione con el evento de su entierro. Podemos ver como ante la súbita muerte y separación Liesel busca tener algo que la vincule con este momento trágico que aún no ha podido digerir. Luego llega a la casa de sus padres adoptivos sobre los cuales notamos que no tenía conocimiento. Asustada ante una nueva separación no desea bajarse del vehículo que nuevamente es su última conexión con la madre. La historia esta impregnada desde el inicio de eventos traumáticos prácticamente no asimilables para la pequeña. Lo traumático está siempre vinculado a otro y a los efectos de ese otro (ambiente) sobre el sujeto. Ella utiliza todos los mecanismos de defensa posibles para adaptarse a su nueva situación. El libro del sepulturero es usado como un objeto transicional que le permite conectarse con el dolor por la muerte de su hermano y a su vez tenerlo cerca como sí todavía la acompañase. Junto al libro su foto. Situación que reaparece cuando ella durante el bombardeo, mientras todos están asustados en el sótano les cuenta a los ahí apretujados y aterrados vecinos la historia del niño ( hermano) que es un fantasma y que siempre la acompaña y protege. El fantasma como la muerte a la que no debe temerse, no sólo por inevitable sino porque promete el tan ansiado reencuentro con su hermano perdido. Vemos como Liesel usa los mecanismos de defensa que le permiten ir elaborando los diferentes duelos de una manera muy particular y singular. Para afrontar los conflictos es necesario asumir la propia subjetividad, historizarse,y esta tarea sólo puede constituirse desde y con otro. El descubrimiento de la historicidad sólo prospera a partir de la conjugación del recuerdo compartido y comunicado (Lore Schacht 1977). Es su forma particular de ir elaborando el duelo.
A través de un padre adoptivo amoroso, cálido y cercano, Liesel nos va mostrando su mundo interno arrasado por el desamparo, aferrada a una foto de su hermano y a la fantasía de escapar para encontrar a la madre/vínculo primario. El padre hace de figura contenedora( madre sustituta y suficientemente buena) (Winnicott )de todas sus angustias de separación y a través del lento aprendizaje de la lectura y escritura le abre a la niña un mundo de comunicación insospechado. Aprender a escribir le permite fantasear nuevamente con comunicarse con la madre, con la posibilidad del reencuentro a través de una carta y se entera entonces que es probable que la madre ya no esté viva. Situación que reedita el trauma de la muerte del hermano.
La niña descubre el placer de la lectura en mitad de una barbarie incendiaria de libros, con lo cual un acto tan inocente como leer se convierte, de la noche a la mañana, en un acto de rebeldía contra el país y el pensamiento político dominante. De esta forma, el filme en su nudo desplaza el foco de la guerra hacia un segundo plano que no deja de existir pero que se hace notar menos, y se centra en las ansias lectoras de Liesel y en sus relaciones con su bondadoso nuevo padre, su recta aunque protectora nueva madre, y sus dos mejores amigos: Rudy (Nico Liersch) y Max (Ben Schnetzer). A través de la lectura y la escritura la protagonista usa el desplazamiento, la proyección, la identificación y la sublimación de todo el caos emocional interno. Con Max aprende a expresar sus emociones en palabras, aparece la sublimación y la creatividad como acto transformador de todos los duelos sufridos. La lectura al otro( Max) es el pequeño hilo que sostiene la esperanza y la vida. La esperanza de que prevalezca el eros sobre el tanatos. La pulsion de vida sobre la pulsion de muerte. La posibilidad de crear a través del uso y comprensión de la palabra un mundo lleno de matices y sutilezas emocionales.Dentro de este marco se entiende perfectamente su necesidad de establecer vínculos duraderos y estables, demostrando terror ante la posibilidad de que su amigo Máx muera o la abandone. En palabras de la protagonista «No puedo perder a nadie más «. En la película, se presenta lo dicho por Julio Cortázar: “Sin la palabra no habría historia y tampoco habría amor; seríamos, como el resto de los animales, mera sexualidad. El habla nos une como parejas, como sociedades, como pueblos. Hablamos porque somos, pero somos porque hablamos”; en efecto, lo vemos en el filme: con la palabra escrita Liesel es capaz de dar vida.
Todo horror histórico y humano tiene pequeñas historias..y en este película se van ofreciendo diferentes miradas y vivencias desde diversos personajes. Siempre bajo la constante amenaza de la intolerancia del poder establecido en esa época en Alemania, con la consiguiente persecución política y racial, y la brutal y aplastante destrucción de cualquier rasgo de humanidad y conciencia, de libre pensamiento con la quema de libros en la plaza del pueblo, y la indolencia de los vecinos ante la detención de uno de sus convecinos, así como el desfile por las calles del pueblo de un grupo de prisioneros judíos, son todas buenas muestras del temor a su vez de ser víctimas del abuso del poder del estado y de algunos hasta de identificarse con el agresor como lo explicaba S. Ferenzci. La identificación con el agresor que propone Ferenczi (1933), es nuestra respuesta cuando nos sentimos agobiados por la amenaza. Se someterán como autómatas a la voluntad del agresor para adivinar sus deseos y gratificarlos;completamente olvidados de sí mismos. Esto sucede cuando hemos perdido la sensación de que el mundo nos protegerá, cuando estamos en peligro sin posibilidades de escapar. Es una identificación guiada por la ansiedad y por introyección del agresor o persona amenazante» Ferenzci (1933)
En estos tiempos que corren, en nuestras sociedades en las cuales no se aprecian debidamente la sinceridad, la generosidad y otras muestras tan humanas como la tolerancia, la empatía y el respeto a todo aquello que es diferente, es de agradecer que se nos muestre en forma visual una novela como “La ladrona de libros” de Markus Zusak. Dejándonos un atisbo de esperanza en uno mismo y en el otro.
Dr. Ezequiel Sarshalom Cohen (3)
Voy a referirme, en especial, a tres protagonistas centrales de esta historia: la muerte (Tánatos), Liesel Menninger (pulsión libidinal = Eros) y los libros (pulsión de conocimiento).
La historia se inicia narrada por una protagonista muy particular —la muerte— que nos sumerge en la trama. Nos habla desde el cielo y se refiere al hecho de morir, en un tono apaciguador: «llegado el momento, no entres en pánico, no ayuda». De fondo, se puedeescuchar una melodía de piano. La muerte danzante nos prepara para lo que viene: una época siniestra del nazismo como representación de la aniquilación, la destrucción y la muerte.
La destrucción se aproximarápida, violenta e indeteniblemente: un tren a vapor a toda marcha ocupa la escena. Se escucha la voz de la muerte buscando entre los pasajeros: «la muerte evita los vivos». La voz de la muerte se detiene en Liesel Menninger, ocupante de uno de los vagones, y continúa: «me atrapó y captó mi atención». Veremos en el transcurrir de la película cómo Liesel se configura como vida (Eros). Sin embargo, la muerte viene a llevarse a su pequeño hermano que está sentado frente a ella, cargado por la madre.
Liesel sostiene una foto del hermano en el momento del entierro. En esta escena, se produce un primer contacto entre Liesel y un libro: El manual del enterrador. Pareciera habérsele caído al enterrador. Ella toma el libro y lo guarda.
Después, Liesel es entregada en adopción a una familia alemana con la que vivirá hasta el final de la II Guerra Mundial, en el barrio más pobre de la ciudad. Irónicamente, la calle se llama “Cielo”. Su madre comunista fue forzada a entregar a sus dos hijos. Sus padres adoptivos son: Hans y Rosa Hubernann. En su primer contacto, vemos que este nuevopadre parece ser unhombre tierno, dócil y con características muy maternales.Es capaz de contener intuitivamente a Liesel, que no solo perdió a su hermanito Werner, sino también a su madre. En realidad, la madre llevaba a los dos hermanos para ser dados en adopción. Liesel es una jovencita que ha sufrido pérdidas muy importantes; sin embargo, Hans logra que Liesel deje de resistirse y baje del carro. La llama «su majestad» y le ofrece azúcar con un ademán de mago. Rosa es áspera y dura. No obstante, más adelante, veremos cómo es solo una fachada para protegerse del terror de la guerra.
Ya sola en la habitación de su nuevo hogar, Liesel observa llorando la camita que hubiera sido de Werner. Voltea su cara en sentido contrario a la pequeña cama y canta, en tono muy bajo, una canción de cuna que la ayuda a dormirse. Sin duda, Liesel no está del todo sola, posee dentro de ella un introyecto de la madre: buena, contenedora, que calma. Por eso respondió a lo maternal en Hans. Lo pulsional libidinal, en ella, «busca» elobjeto capaz de calmar. La relación de Liesel con lo materno y lo paterno (Edipo) parecen ser muy sanas, es decir, podemos ir viendo en Liesel un Edipo bien elaborado. Esto se verá con mayor claridad en próximas escenas.
Vemos al padre adoptivo,figura muy continente, que le da los buenos días a Liesel con música, tocando el acordeón. Luego en la mesa, le acerca el pan sutilmenteinvitándola a comer.Acción que contrasta con la conducta de Rosa, la madre severa que llama a todos cerdos.
En la siguiente escena, descubrimos que Liesel no sabe leer cuando la maestra la invita a pasar al pizarrón para que escriba su nombre. Sin embargo, escribe tres X. Pudiera representar la relación triangular (3) conformada en su mente: Liesel con la madre y hermano y/o Liesel con sus padres adoptivos –Hans y Rosa–.
Un niño se burla y la llama tonta en la escuela. Liesel, con gran furia le da una golpiza imparable, tienen que separarla de su adversario: un niño-varón más alto y fuerte que ella. La expresión –en acto y de lo agresivo contenido en ella– produce una descarga y comenzamos a observarla hablando y moviéndose más libremente. Lo agresivo, contenido, está relacionado con las pérdidas y el dolor que causan. Dolor que no ha podido expresar de otra forma. Veremos cómo los libros la irán ayudando en la elaboración de sus duelos. La ladrona de libros, título de la película, es realmente la ladrona de más vida. Los libros la conducirán finalmente a la sublimación.
Hans, delicadamente, se acerca a leerle El manual del enterrador. Liesel se muestra curiosa e interesada. La curiosidad y el conocimiento como vínculo de y con la vida.
En la próxima escena (1938), se muestra el ataque devastador al pensamiento y a la cultura: se intenta aniquilar la vidadurante la noche de los cristales rotos y la palabra a través de la quema de libros.
Más tarde y en contraste al ataque al pensamiento, Hans enseña a Liesel a leer y termina su primer libro, que enseguida quiere volver a leer. Ansias de conocimiento, aliado de vida. Liesel busca leer y Hans intuye su necesidad y la calma, dándole lo que necesita. Es como la madre suficientemente buena, con reverie que intuye la necesidad del bebé y lo calma. Liesel va elaborando la pérdida. Vemos cómo coloca la foto del hermano muerto dentro del libro El manual del enterrador. Lo va enterrando en su mente, aceptando la pérdida.
Hans lleva a Liesel al sótano de la casa. En las paredes hay una especie de diccionario, elaborado por él, como regalo a Liesel. Le da tiza para que lo complete con las palabras que ha aprendido. Es el primer momento en que Liesel lo abraza y da muestras de agradecimiento.La unión, el vínculo con el padre y con las palabras desde que aprende a leer hasta que coloca palabras nuevas en las paredes (pizarrón) son un claro símbolo de deseo de unión, síntesis, integración y vida que hay en Liesel y en Hans.
Ruby Steiner logra llegar a ser el mejor amigo de Liesel. Son muy parecidos. Ruby desea ser como Jesse Owens, el mejor corredor. No le importaría ser negro. Ambos sin pre-juicios, con mentes no saturadas, receptivas, con capacidad de fantasear y jugar, con un sano desarrollo mental.
En la escena que sigue, Liesel desea que su madre venga a verla y le escribe: «Te extraño, creo verte». Tiene la esperanza de que Hans le haga llegar la carta a su madre, puesle dice que hará lo posible. Va elaborando el duelo por la pérdida de la madre. La lectura y la escritura la conectan a la vida. Se observa con claridad el trabajo del duelo (propio de la posición depresiva descrita por Melanie Klein), que Liesel es capaz de hacer.
Escena de la quema de libros por parte de los nazis: “ los liberamos de la contaminación intelectual que infectó a Alemania durante los últimos 20 años… el fin de los comunistas y judíos… en nombre de Hitler».
Seguidamente, Liesel «salva» un libro casi incendiándose metiéndolo dentro del abrigo que lleva puesto. Está llena de vida y «abriga» al libro, fuente de vida para Liesel. Hans la descubre y le dice que lo leerán en el sótano y que ese será un secreto entre ellos. Sin palabras, le dice que aunque alemán, no es nazi. La comprende intuitivamente y la acompaña en su duelo. Liesel se abraza a Hans y entiende que la madre no regresará: es comunista y el Führerse la llevó. Es interesante resaltar cómo Hans da el tiempo necesario y acompaña a Liesel a descubrir su historia. Sin angustias ni apresuramientos. Aspecto fundamental de la función materna y psicoanalítica.
Más adelante, Liesel comienza a leer el libro «salvado» del fuego: El hombre invisible de H.G Wells. En ese momento, llega a la casa Max Vanderburg. Un judío que Hans salva, escondiendo (el hombre invisible). Max llega muy débil y enfermo y ocupa la cama que hubiera sido del hermanito de Liesel. Hitler también se llevó a su mamá. En el inconsciente de Liesel, Max es también su hermano muerto, Werner, y ella logra calmarlo haciendo un chiste. De la misma manera queella fue contenida y calmada por su madre y, luego, por Hans, ahora puede hacer lo propio con Max. Emprenderá una lucha para salvarlo y ayudarlo. Se ayudan mutuamente en una relación fraterna.
En otro momento, vemos a Liesel que va a la casa del Alcalde a llevar las camisas que Rosa plancha para él. La esposa del Alcalde la recibe y, por primera vez, ve una biblioteca y boquiabierta observa y toca los libros con gran sutileza. Escoge uno: El portador de sueños. [¿Cuántos sueños no tiene esta niña llena de vida?]
Liesel vuelve a la casa del Alcalde y, en la biblioteca, abre un libro con el nombre de Johan. La esposa del Alcalde le dice: «le gustaba leer y era valiente como tú (la esposa del Alcalde vio, de lejos, cuando Liesel escondió un libro en la quema). Nunca encontraron su cadáver. Una madre no puede rendirse, nunca pierde la esperanza por su hijo. Liesel dice tener que irse y se nota triste porque su propia madre no la buscó a ella.
Liesel va bregando con sus pérdidas muy bien. Por su propia fuerza (pulsión de vida) y la ayuda que obtiene al leer. Con las palabras, que va copiando en el diccionario del sótano, su imaginación y capacidad de simbolización van en aumento y su yo se va fortaleciendo cada vez más.
Más adelante, presenciamos que es necesario esconder a Max en el sótano para darle un refugio más seguro. El sótano también es refugio de Liesel. Ahí va armando su propio diccionario que simboliza la manera de cómo va entendiendo lo que sucede en su mundo interno (sótano/inconsciente). Max la ayuda mucho en este proceso.
Ejemplos: Max le pregunta: “¿Cómo está el día afuera? Si tus ojos pudieran hablar, ¿qué dirían? A lo que Liesel contesta: “es un día pálido… el sol es una ostra plateada”.
La invita a simbolizar y Liesel muestra cómo su capacidad de abstracción, de acceder a la metáfora, va en aumento. Se muestra su desarrollo psíquico en evolución. Vemos con claridad en Liesel un pensamiento con gran capacidad de establecer vínculos y de abstraer.
Llegada la Navidad, a Liesel se le ocurre celebrarla en el sótano. Los cuatro juegan a una guerra de nieve, transformando lo terrible de la guerra en un juego. Una bonita manera de mostrar una defensa evasiva frente a una realidad terrible. El sótano es ese lugar donde se puede soñar, como en el mundo de lo inconsciente. Hacen hasta un muñeco de nieve. Liesel dice: «Es mi mejor Navidad».
Nuevamente Max estimula a Liesel: le regala un libro que contiene hojas blancas, con una sola palabra: “escribe”. Max le dice: “La palabra es lo único que nos hace distintos. Las palabras son vida. Todas esas hojas en blanco son para que tú las llenes».
Max enferma y Liesel lepregunta a Hans si va a morir. Liesel cree que es su culpa por el juego que se le ocurrió con la nieve. Es la culpa que también siente por la muerte del hermano, pero es una culpa depresiva en el sentido que le va permitiendo reparar. Liesel es una jovencita con una gran capacidad de amar y reparar. Su transitar por la posición depresiva fue, sin duda, muy exitoso.Esto se corrobora en la siguiente escena: Max acostado, como muerto, y Liesel le coloca una foto de Werner, su hermano, en el pecho y comienza a leerle El hombre invisible. A través de la palabra intenta vitalizar a Max-hermano (en la fantasía y en la realidad).
Liesel comienza a escabullirse por la ventana de la casa del Alcalde y roba libros (que luego devuelve) de su biblioteca y continúa leyendo, incansablemente, para Max. Como si las historias que lee, fueran inyecciones de vida. Alimento, como el que le va dando Rosa a Max en cucharadas, al mismo tiempo que Liesel lee para él. ¡Cuánto no hubiera querido Liesel cuidar, alimentar y salvar a su hermano!
Los libros son vida para Liesel. Alimento. Ruby la descubre saliendo de la casa del Alcalde y le dice: «Morimos de hambre y robas libros y no comida». Los libros son comida para Liesel.
Max despierta. Rosa busca a Liesel y le entrega la foto de su hermanito al tiempo que le dice: “Max dice que te pertenece”. Liesel se alegra por la mejoría de Max y porque en su inconsciente es también el hermano que se salva, que no muere. A su vez, Max parece también tener un conocimiento inconsciente de lo que él representa para Liesel.
Liesel lo abraza y le dice: «sabía que vivirías». Él le da las gracias por lo mucho que lo ayudó, leyendo para él.
Los habitantes de la calle Cielo se encuentran en un refugio antiaéreo. Mientras se dan las explosiones, Hans toca el acordeón y calma al grupo. Tiene una capacidad de contención enorme. Este pasaje es importante recordarlo para una escena posterior.
Max decide irse para no poner en peligro a la familia. Liesel llora, y le dice que no quiere sufrir otra perdida. Max le dice algo muy importante, desde el punto de vista psicológico: «tú me mantuviste con vida, siempre podrás encontrarme en tus palabras. Ahí es donde seguiré vivo». Ya se ha establecido entre ellos un vínculo lo suficientemente significativo que lespermite a ambos llevarse al otro dentro (introyección del objeto bueno) de sus mentes. Hans y Rosa, como buenos padres protectores le dan abrigos y queso (pecho bueno) a Max.
Hans es llamado a alistarse para la guerra y Rudy al entrenamiento de élite para correr. En esta escena se aprecia a Rosa sin su armadura de dureza, defensa que se ha ido disolviendo a lo largo de la película. Hans le dice a Liesel: «cuida a tu mamá, no es tan fuerte como parece». Liesel por su parte le suplica: «papá, vuelve a casa».
En el refugio, mientras las bombas caen ferozmente, Liesel observa la mesa donde antes colocaba Hans su acordeón. Comienza a narrar una historia de memoria de manera fluida, como si leyera un libro. La historia trata de un fantasma que vivía en las sombras (Max-hermano) y ella no sentía miedo, porque le recordaba que todavía estaba con vida. Alusión muy clara a su pulsión de vida frente a la muerte (Max enfermo-hermano muerto-guerra, etc.). Liesel con las historias hace como Hans con la música del acordeón, calma a los ocupantes del refugio y también se calma ella misma. Los libros la mantienen viva frente al horror de las pérdidas y de la guerra. Los libros y su pulsión de conocimiento, su curiosidad, son importantes aliados de la fuerza de vida en Liesel (constitucional y adquirida). Un aspecto fundamental en Liesel, acompañando a su fuerte yo, es su capacidad para tolerar la angustia, la cual es una base necesaria para la abundante formación de símbolos y fantasías. Todo esto, en su conjunto, habla del logro emocional alcanzado por Liesel.
En la siguiente escena –muy conmovedora–, cientos de judíos marcados en sus ropas con la estrella de David caminan dándole la espalda a Liesel. Ella busca a Max-hermano, desesperadamente, entre la multitud. Pareciera verlo, casi alucina a Max. Es la manera que tiene de elaborar el duelo, a través del deseo de encontrarlo vivo. Dice: «Max, nunca te voy a olvidar».
Hans regresa de la guerra. Liesel corre hacia él y lo abraza fuertemente. Es el primer objeto importante y reasegurador de su mundo interno que no se pierde (en su mundo externo). Hans regresa, siendo un excelente ejemplo de la importancia de contar con un objeto interno que dé seguridad y estabilidad mental. Muy probablemente si Hans no hubiera regresado, Liesel hubiera seguido en su lucha vital, porque ya su padre adoptivo estaba adentro de su mente (introyectado) como una figura (objeto) muy valiosa.
Liesel comienza a escribir en el libro en blanco, que le regaló Max, su propia historia. Brillante forma, que nos ofrece el director, de representar el proceso de elaboración personal que la van llevando a convertirse en escritora. Su capacidad de simbolizar es el fundamento de su mundo de fantasía y sublimación, sobre el simbolismo se construyó la relación de Liesel con el mundo exterior y con la realidad. La derrota del nazismo se lleva a cabo no solo en el campo de batalla. A nivel individual Liesel, se aferra a lo que la barbarie quiere destruir. La palabra (vida) se sobrepone al silencio (muerte).
La calle “Cielo” fue bombardeada, de noche, por error. Liesel estaba en el sótano escribiendo y se quedó dormida. Sobrevivió. Liesel derrota simbólicamente a la muerte (lo pulsional de vida se sobrepuso a Tanatos) que la acompañaban en lo social y en lo individual cuando se zambulle en la palabra y la lectura. En el conocimiento como representante de vida. Es el libro que ella misma está escribiendo el que finalmente le salvará la vida.
Encuentra, entre los escombros, los cadáveres de Rosa y Hans. En su psique, nuevamente se repite la pérdida de los padres. Ve a Ruby agonizando. Liesel le pide que despierte, que la bese. Ruby muere. El dolor por la pérdida, reeditada, de los padres y el hermano son insoportables y se desconecta-desmaya.
Se despierta y lo primero que ve, entre los escombros, es un libro. Lo toma inmediatamente. Una vez más el libro, como protagonista de esta película, objeto acompañante, reasegurador y apaciguador en lo interno. Ve a la esposa del Alcalde, corre y se agarra fuertemente a ella. Frente a las continuas pérdidas, busca siempre «lo bueno», el pecho nutritivo que alimenta física – psíquicamente y que protege. Liesel siempre sabe agradecer. Lo hemos visto con Hans, Rosa, Max, Ruby y ahora con la esposa del alcalde.
Por eso, en Liesel, podemos hablar de una jovencita que desde el inicio de la película mostraba haber alcanzado, de manera muy firme, la posición depresiva, un importante logro emocional, que le daba la posibilidad de afrontar los duelos y recobrarse.
– Donde la integración predomina.
– Desde donde se puede amar al objeto a pesar de sus partes males. Como ocurrió con Rosa.
– Agradecer, valorar, respetar y preocuparse por el otro (sentir amor) expresados en el miedo por lo que pueda ocurrirle a Hans, Max, etc.
– Reparar-se (en lo interno y en lo externo) como modificación progresiva de la angustia depresiva. Solo se logra por la vivencia de dolor que causa su realidad psíquica y en la adopción de una acción adecuada para remediarla en la realidad y en la fantasía.
– Sublimar.
En la siguiente viñeta de la historia que cuenta (es capaz de dar) Liesel en el refugio, se observan estos aspectos: «Una niña (Liesel) tenía un amigo que vivía en la sombra (Max-hermano). Ella le recordaba cómo era la sensación del sol sobre la piel y del aire al respirar y eso le hacía sentir que todavía seguía viva».
Liesel se convirtió en escritora (sublimación). Vivió 90 años. Max, amigo, la acompañó la mayor parte de su vida. Su casa, representante de su mundo interno, conteniendo lo que la acompañó siempre: retratos de Hans, Rosa, Ruby, Werner, el acordeón, etc. Fue capaz de formar una familia, tener esposo, hijos, nietos. Es decir, pudo sobreponerse a una vida llena de pérdidas, reparar y repararse, logrando una vida plena. Fue tanta la fuerza de vida de Liesel que hasta la muerte gozosa termina sintiendo ganas de vivir y dice: «una de las pocas almas que me hizo preguntarme (refiriéndose a Liesel): qué se sentía estar vivo».
(1)Cine-Foro presentado el 26 de Julio del 2014 en la Sede de la Asociación Venezolana de Psicoanálisis (Asovep)
(2)Psiquiatra-Psicoanalista. Miembro Titular de la Asociación Venezolana de Psicoanálisis. Miembro de IPA y FEPAL.
(3)Psiquiatra-Psicoanalista. Miembro Titular de la Asociación Venezolana de Psicoanálisis. Miembro de IPA y FEPAL.